*"El Aluvión"; Seu "Tiuna"; "yo"; la "Marimbha"; el "Raulo"; "Araceli"; el "Rey" y el "Comandante".
Casi tres años pasaron hasta que volvimos a casa. Mas de 880 dias, 32 meses recorriendo mas de 100.000 km en la carretera. De nuevo en Argentina, un momento soñado. Nada facil.
Con ésta entrada completamos la ultima etapa de la vuelta a latinoamerica con el "Aluvión". El Gran Premio de Brasil.
Lejos de entrar en el circuito de Interlagos, recorrimos el camino desde el lejano y aislado sur de Venezuela hasta el corazón del Amazonas en Brasil.
Desde Santa Elena de Huairen, la frontera o la linea como la llaman tambien, hasta nuestro pais nos quedaban aproximadamente unos 10.000 km de carretera pasando sobre el caluroso territorio brasilero, ubicado sobre el Ecuador.
Las calurosas y selvaticas llanuras fueron tan sorprendentes como los precios del combustible, pero antes de adentrarnos en lo que fue la experiencia en Brasil, voy a seguir según continuan las fotos para no olvidarnos de ninguna de esas almas que eligió dar amor y creer en la comunidad.
Pensando en frio, desde el calor de mi afortunado hogar, al final era como decia Lennon y tantos otros nomas, amor fue lo unico que siempre necesitamos, algo pa' acompañar la soledad y la distancia.
Retomando la historia, volvemos a Isla Margarita, el oriente del caribe venezolano. Esa fue nuestra despedida de mares tan magicos como conquistados historicamente por piratas que hasta en la actualidad andan garroneando lejos de sus pagos.
Firmes, proa al sur, hacia el Orinoco, recorrimos un extenso y desolado territorio de nuestra Sudamerica. El unico camino hacia el sur por el oriente. Ese fue el camino elegido y predeterminado ya desde el comienzo, siempre fiel a la ideologia de no volver por las mismas rutas. Ni un paso atras.
Volvimos a cruzar al continente en el ferry, ahora eramos 5. Pasamos del calor seco de las playas del caribe al calor mas humedo del continente, de lléno al pulmón del planeta.
Empezariamos a vivir la humedad de la selva y el calor caracteristico del la latitud 0º.
Al cruzar el puente sobre el Rio Orinocó, hermano menor del Amazonas, llegamos a la calurosa cuidad de Puerto Ordaz. Acá como en todo Venezuela, contabamos con un "As" en la manga. Siempre un contacto, un salvavidas para manotear unos dias. Necesitabamos cargar un poco de energias, descansar de lo que fueron dos dias de más de 9 horas de manejo, a una temperatura de superior a los 40 º .
El Falcon, un auto que en el sur siempre trabaja a muy baja temperatura, acá ya se habia acostumbrado a rutear con el agua hirviendo, tal es así que desde Colombia que empezamos a usar aceite "20 w 50" para no producir tanto desgaste en el motor y la verdad que el corazoncito esta nuevo todavia.
Llegamos despúes del medio dia, tipo 3 de la tarde. El asfalto parecia derretirse y soplaba fuego nómas. Para ese entonces todavia viajabamos con los dos cachorros de la Marimbha, dos hermanos que pensabamos apadrinar aún en las condicones en las que estabamos viajando, lo que sobraba en el equipo era amor.
Pero el calor los estaba matando, no paraban de suplicar una sombra, un baño de agua fria, un ambiente acorde a sus 20 dias apenas. Los pobres ni siquiera agua tomaban, y las tetas de la Marimbha largaban leche lista para el capucchino.
Ahí aperecieron estos angeles. Los conocimos mas de medio año atras y nunca mas habiamos hablado. Solo guardabamos la targeta de contacto que nos habian dado en Cartagena, Colombia en unos de sus viajes al pais vecino, donde conocieron a estos despreocupados jovenes que ofrecian sus camisetas para concretar su sueño.
Esta amable familia nos atendió en todo lo necesario para que podamos continuar hacia la garganta del diablo con las pilas recuperadas.
La proxima cuidad en mente era Manaos, en el estado de Amazonia, a mas de 1400 km de Puerto Ordaz, asi que habia que hacerle unos mimos al auto. "Oh" casualidad entre los amigos que hicimos en la cuidad, conocimos al vecino del la familia.
Este amigazo nos hizo un "service" al Falcon para que encaremos con la confianza de siempre el complicado trayecto que nos esperaba. Siempre gracias y los esperamos.
Ademas de la ayuda con el auto, los muchachos se coparon y colaboraron comprando estas obras de artes que hizó Raul, versión femenina y masculina. Gracias a ellos juntamos algo de Bolivares, moneda que se extraña por su franqueza.
Las cosas en Venezuela valen lo que deberian valer en todos lados, lo que verdaderamente valen, reconociendo a los pequeños productores y compartiendo el petroleo de venezuela entre todos los venezolanos y quienes quieran andar dentro de sus fronteras.
Bien comidos salimos hacia la Gran Sabana. Nos despedimos como a las 7 de la tarde para dormir en la ruta, con la naturaleza.
Al dia siguiente despertamos entre paisajes amplios, desolados pero curiosamente muy fertiles. Como dice Eduardo Galeano, los paises latinos sufren los "latifundios improductivos" de apellidos españoles, portugueses, holandeses, norteamericanos, etc; alambrados a fuerza de plomo y sangre aborigen.
Mantienen a la gente trabajando por un pedazo de pan o permiten que los indigenas cultiven para su consumo pero al tragico costo de la esclavitud, ya que deben trabajar para que el patrón exporte su mercaderia y engorde a costillas de los nativos. Mantienen la escacez de alimentos sin comprometer su acaudalada riqueza en el crecimiento comunal de la región. Su sangre real aún cosecha miseria entre los nativos y los descendientes de la esclavitud negra.
*El Fuerte Tiuna y su hermano el Cacique Guaicaipuro (Q.E.P.D).
Antes de llegar a la frontera paramos a conocer la Quebrada de Jaspe, una caida de agua sobre una gigantesca laja de Jaspe, una hermosa piedra rojiza de la zona, algunos dirian que tomó ese color de tanta sangre indigena derramada en la conquista europea al servicio de la Iglesia Catolica.
*Quebrada de Jaspe.
Ahora tocaba rutear por la mitica Gran Sabana. Unos kilometros emotivos, que los vivimos por muchos amigos venezolanos que morian de envia al saber que ibamos hacia allá, en un osado Ford del '71, lamentando ellos no haber tenido el valor para conocer aún esta lejana región de la que con tanto orgullo se habla entre los venecos.
La Gran Sabana, tierra del Monte Roraima, unos de los mas antiguos Tepuis, montaña milenaria que conserva dentro de ella bosques de piedras, diamantes de quarzo del grande de una persona, a donde solo se puede llegar guiado por los indigenas de la zona.
Es uno de los lugares de más antigua geologia de planeta, remontándose hasta unos dos mil millones de años atrás.
*Monte Roraima
El 22 de febrero salimos de Venezuela, con solo un dia de saldo en nuestro permiso de 3 meses en el pais. Contentos entramos a Brasil, el pais numero 15 para el Falcon, el ultimo en nuestro recorrido.
Al cruzar la frontera sentimos un grito de acento capitalino "...Ehh argentinos!.." ahi encontramos a otro viajero, un porteño que venia viajando en una moto desde Buenos Aires a Ciudad de Panamá.
*Este personaje venia piloteando más de 10 hrs por dia, tratando de cumplir sus 800 km diarios que le exigia su ego. Lo miramos a los ojos y le preguntamos por los ojo...venis de la pileta, estuviste soldando ? "...nooo, vengo con la presión ocular por las nubes...". Tenia derrames en los ojos de lo exigente de viajar en moto tantas horas, pensando solo en llegar, en este caso el iba para Cuidad de Panamá (Guaaaauuuu... shoppings, rascacielos bancarios y un oceano pacifico contaminado por Babylonia). Lo importante sigue siendo el camino.
Ya antes de cruzar la aduana brasilera conocimos a este amigo que se acercó deslumbrado a contemplar nuestro bolido, auto muy poco usual por esos lados.
Con la confianza de los brasileros y el respeto de un caminante, un viajero, no permitió que nos fueramos de "La linea" sin deslumbrarnos con "su" bolido.
* Un viejo y admirable "Landau" de fabricación brasilera con el que asumió la promesa de llegar a nuestra casa de visita en bordo del mismo pero luego de terminar su reestauración.
Nuevamente protegidos por los vientos del camino, llegaron al lugar estos amigazos que al escuchar nuestra historia nos regalaron un poco de lo que nos andaba faltando y nos devolvieron el alma al cuerpo, en positivo hacia uno de los lugares mas desolados del planeta. Bendiciones...
Nos encaminabamos a la desolación con un detalle dando vueltas en la cabeza que provocó cambio de planes. El personal aduanal del Estado de Rondonia nos dió solo un mes de permiso de estadia en el pais. Suplicamos mas tiempo, pero no hubo signos de humanidad en su rostro. Veniamos de pasar tres hermosos meses en Venezuela, disfrutando de una politica abierta en cuanto a inmigrantes y ahora que habia que afrontar el gran desafio de recorrer unos de los paises mas grandes del mundo, solo teniamos 30 dias para hacerlo.
Abandonamos la pelea por más plazo de permiso de transito en el pais frente a la insensibilidad del personal policial (en brasil la policia es quien esta encargada de controlar la inmigración). Nos dimos cuenta que la cosa estaba complicada. Ademas habiamos recibido muchas advertencias acerca de no quedarse mas de lo permitido ya que la pena era de prision temporal y deportación al pais de origen. Una locura.
Los inservibles alegaron haber percibido en nosotros ciertas ganas de recorrer Brasil playa por playa, garota porrrr... garota, vendiendo artesanias y tocando la guitarra todo el dia entre otras cosas y asi derrochar por lo menos un año entre pito y flauta, de mano de obra esclava produciendo para el sistema neoliberal de consumo.
La verdad que el personal policial acertó con su corazonada en cuanto a nuestras intenciónes en su país, pero mi pregunta es... que hay de malo en eso? Hubiese esperado un... que bueno mijo', vaya y diviertase usted que se ha revelado en busca de eso que soñabamos de chico, eso que nos mantiene vivos, jovenes, apasionados. Esa rutina donde trabajar es un deseo regocijante de alegria. Ese es el derecho a trabajar que buscamos y no el tedioso trabajo para multinacionales que se oferta en la Buenos Aires, donde el día a día perdió sentido porque se trabaja de trueno y es para otros la lluvia. Abandonando el crear, crecer, vivir nuevas experiencias para encontrar la evolución en lo que cada uno ama hacer.
Hicimos los primeros 400 km por rutas brasileras con el dinero que nos quedaba y hasta ahi llegamos. Lo que en venezuela era para vivir un mes, aca nos alcanzó para apenas un tanque y pico de la mas ordinaria y embargada gasolina brasilera, de la que pocos picotean afixiando al pueblo con su valor agregado.
Caia el implacable sol que nos deshidrató durante el dia, y estabamos sin dinero, barados en una precaria estación de servicio donde plantamos bandera esperando encontrar ese angel que nos cómpre una camiseta en uno de los lugares mas olvidados por los que hemos pasado.
La fe es lo ultimo que se pierde asi que cuando todo pintaba para irse a dormir al chiflido del mondongo, llegó una camioneta que paró fugazmente a cargar un poco de combustible para llegar a la proxima estacion donde habia un mejor servicio en una comunidad mas grande.
Ahí nomas los atoré con mi portuñol y les conté la historia de nuestro viaje. Por ahi exageré un poco pero era el condimento escencial para que mordieran y colaboraran con una remera artesanal.
Así salió para picar algo y cargar unos litros de nafta para al dia siguiente llegar a la proxima estación y buscar nuevamente el destino.
Si bien nunca perdimos la compostura ni la paciencia, nuestro primer dia en Brasil nos devolvió a la cruda realidad de un pais capitalista que mercadea con el hambre de la gente a traves del precio del petroleo incluido en todo. Es decir, en comparación, con esa remera que vendimos en esta estación de servicio, en tierras verde-amarelas no llegabamos a pagar ni un cuarto de tanque para hacer 100 km. Solo es barata la comida, por lo menos ahi estabamos bastante traquilos. Pero si calculabamos cuantas remeras teniamos que vender para hacer los 10.000 km que nos quedaban entre selva y playas para llegar a Argentina, esa suma era una locura de remeras, que significan "años" en Brasil al ritmo que veniamos viajando.
A todo esto el personal policial nos habia dado solo 30 dias para recorrer los 10.000 km. La situación era de bastante incertidumbre y ya sentian nuestros cuerpos el traka-traka de mas de dos años y medio en la ruta peleando dia a dia por ganarle a la vida, concretando paso a paso un larguisimo camino del que no eramos concientes. Un camino de aprendizajes y aventuras, que se hace sentir cuando se vive durante tantos kilometros lejos del entorno que nos protege.
Fue esa primer noche en Brasil cuando sentí que era el momento de darnos un respiro. Ya en el pais vecino, sentí que ya estabamos en la recta final, que la vuelta a latinoamerica estaba terminando.
Al dia siguiente, frente a la recta final decidimos pisar a fondo, aunque todavia estabamos en el hemisferio norte, ni siquiera ya en el lado sur del mundo. Siempre pa' delante.
Con esos litros llegamos a la siguiente estación de servicio ya en reserva, tanque vacio. Volvimos a colgar las remeras. Despues de unos minutos de silencio, nadie cruzaba por la moderna estación servicion en el medio de la nada. Me fui con la targeta de debito ver si me la aceptaban para cargar combustible.
Habia llegado el dia de usar los ahorros que tanto habia cuidado y reservado para este momento. Sentiamos ya una enorme satisfacción por haber recorrido tanto sin sponsor ni auspiciantes o patrocinadores, de manera autosustentable. Desde aquel duo de guitarra y bongó con Rodrigo y las primeras remeras de Maradona que llevó el "Taza", como las camisetas de "Uniendo latinoamerica en un Falcon '71" que mas de 5.000 personas compraron, apoyando el florecer de nuestras vidas. Como tambien la ultima etapa artesanal de camisetas, aros, collares y pulseras, y las noches de guitarra y cajón con Iván Zafra, "garufa" el rosarino.
Durante mi adolecencia fui juntando por acá por allá, siempre algún trabajito para hacer unos pesos para viajar al final de mis estudios. Me imaginaba que viajaria durante un año por ahi pero con dinero, durmiendo acá, comiendo allá, vamos a tal lado o a tal otro, pero mi concepción de viajar cambió luego de leer el libro " Atrapa tus Sueños" de Candelaria y Herman Zapp, quienes viajaron desde Argentina hasta Alaska en un Graham Paige de 1927 a una velocidad maxima de 40 km por hora. Gracias.
*Familia Zapp
Lo que mas me impactó entre sus verdades y conclusiónes basadas en experiencias que relata este libro, fue que mencionan como un antes y un despúes el momento en donde se terminaron sus ahorros.
Años juntando platita para llegar a Alaska en 6 meses, derechito a 40 km por hora y ya en Ecuador no tenia un peso. Fue un momento decisivo.
Ellos comentan que en ese momento se inició el verdadero viaje, el viaje de sus vidas, su florecer, su evolucion a la autosuficiencia expulsando miedos y prejuicios propios del sedentarismo.
Fue el momento donde comenzaron su verdadera busqueda de su ser interior en completa expresión espontanea, en la mas pura libertad, ya que ahora lejos de casa, sos uno mas de los que pelea por vivir en este sistema, pero de visitante, desprotegido y desvinculado de todo entorno que guió las pautas de tu vida durante tanto tiempo. Ahora la desicion sobre que hacer para vivir y viajar podia ser pensada lejos del varullo de un entorno a puede llegar a afixiar si no se tiene claro que el dinero no es lo que importa ni es el condicionante tal que nos han echo creer que es. Atahualpa viajaba a caballo y no necesitó más que pasión por la libertad para recorrer su camino.
Mi reflexión sobre el libro fue que debia guardar lo ahorrado para cuando llegué el momento en que pesen los años y los kilometros fuera de casa. Un recurso para solivianar el regreso y aprovechar, en cambio, las fuerzas y el impulso que caracteriza a los primeros momentos de un viaje para romper el cascaron y adquirir esa experiencia de poder viajar sin necesitar mas que ganas, haciendo la moenda en el viaje y sin presion de tiempos.
Con la mente puesta ya en recorrer los 10.000 km en 30 dias, nos convencimos y 5ta a fondo haciamos mas de 8 horas de carretera diaria, 5 o 6 termos de mate, 4 o 5 del rico "pura vida", una comida diaria y suerte. No teniamos efectivo ni podiamos retirar de ningun cajero, solo funcionaba el debito de gasolina y comida en los lugares donde tenia el sistema y asi fuimos pateando parejo.
Volvimos al hemisferio sur donde me acostumbre a ver la cruz del sur que marcaba el rumbo en las noches, constelación que no se ve del otro lado.
Para llegar al corazón del amazonas, hay solo una precaria ruta, en partes de asfalto, en partes de tierra colorada y una zona de reserva natural donde habita la comunidad indigena Waimiri Atroari.
Esta comunidad ya no permite que reconstruyan la carretera ni que hagan obras, o que se instale turismo curioso en la región. Tratan de mantener la civilización blanca lo mas lejos de su comunidad. Asocian al progreso con el fracaso, la devastación de su medio ambiente. Recordemos que numerosas empresas norteamericanas se instalaron en la región para cortar arboles e instalar acerraderos. Muchos de los acerraderos y fabricas de caucho no podian instalarse ya que la ley protegia las tierras ocupadas por los indigenas. La solución de blanco insensible fue salir a quemar y exterminar aquellos indigenas que ocupaban tierras que ahora eran pretendidas por el inversor norteamericano. Cualquier similitud con Roca, la campaña del desierto y Sarmiento con la civilización o barbarie no es mera coincidencia.
El camino dentro de la reserva fue una prueba de fuego para el Falcon. Habian pozos donde el auto alcanzaba a meter las cuatro ruedas y los arboles parecian tragarse poco a poco el osado camino abierto en una zona de selva, esteros y humedad aislada del grandes poblaciones modernas.
A pocos kilometros ya de Manaus, uno de los cachorros sufria una dehidratación total, fuimos al veterinario y nos recomendó agua de coco, pero el pobre Guaicaipuro ni siquiera agua tomaba. En esa parada Raul bajó unos cocos y le hicimos tomar el agua a la fuerza pero no aguantó y al llegar a Manaos dejó este mundo y sus restos descansan a la vera de una confluencia de rios dentro de la capital del Amazonas.
Lo que necesites solo tenes que pedirselo a los muchachos.
*Manaos.
*Amigazo de Manaos, quien nos dió la bienvenida y compartió el entierro del "Gaucai".
*Rio Amazonas
Sin lugar donde hospedarnos, ni contactos que nos aguanten hasta embarcarnos rio abajo, fuimos para la playa a aguantar la casaca. Estuvimos mas de 10 dias en la costa del rio, refrescandonos de dia y vendiendo artesanias por las noches en la zona de "Ponta Preta", la playa mas caté que tiene Manaos.
Habiamos averiguado los precios para embarcarnos hasta Belen do Pará. Eran 1200 reales algo asi como 700 dolares o cerca de 2400 pesos agentinos y nosotros ni pa' la caca.
Decidimos mandar un S.O.S a la familia, esa hermosa familia que tanto nos extrañaba en casa, ahora iba a tener la posibilidad de ayudar para acortar las distancias.
Necesitabamos reunir ese dinero para continuar rio abajo y llegar a la costa atlantica para luego seguir por tierra hasta Argentina. Un ultimo embarque del Falcon. Desde Manaos a Belén.
Esperando la carroza estuvimos más de 15 dias, de los cuales 12 estuvimos en el paseo de "Ponta Negra" y tres en la casa estos amigos motoqueros que conocimos ahi mismo y se ofrecieron a recibirnos en su casa por esos dias.
Por fin llegó el dia. El barco salia una vez por semana, ya habiamos errado 2 y este era el tercero. Bajo un sol impresionante despues de todo un dia en el puerto esperando embarcar pudimos subir el auto.
Resulta que el barco ya venia de rio arriba cargado de bolsas de cereales que iba a llevar rio abajo y por esa razon el peso mantenia al barco por debajo del nivel del puerto haciendo dificil subir los autos al barco.
Al final con ingenio de avanzada subimos el Falcon y comenzaba una etapa de 5 dias por el Rio Amazonas para continuar bajando por el nordeste brasilero.
En completo equilibrio las tablas aguantaron el peso y todos abordo.
Teniamos que dejar los perros en la bodega asi que pasabamos mas tiempo con ellos abajo, mateando y mecha y mecha viendo los atardeceres sobre el horizonte de agua dulce.
*El tiunita
Los nativos de la zona suelen engancharse al veloz ferry que pasa una vez por semana para aprovechar un viaje sin remar a visitar a los amigos o de compras por ahi.
Despues de 5 lindos dias, durmiendo en hamacas, haciendo y vendiendo artesanias, llegamos a la madrugada a la cuidad de Belen do Pará. Aprovechamos la mañana que el sol todavia no quemaba con tanta intensidad. Sin mas llenamos el tanque y seguimos rumbo a Teresina, famosa por ser uno de los puntos mas calurosos de Brasil, a mitad de camino entre el Amazonas y la costa atlantica norte de Brasil.
La idea era llegar a Fortaleza lo antes posible para tratar de vender artesanias en la costa y refrescarnos en el mar. El calor llegó a ser agobiante en esas latitudes.
Al par de dias hicimos los mil y pico de kilometros a Fortaleza y paramos porque el Falcon necesita atención. Llegamos casi sin frenos. Al dia siguiente ya habia perdido todo el liquido de frenos. Todo el sistema de frenos se habia fundido por el desgaste y el calor.
*Playas de Fortaleza.
Estuvimos tres dias en Fortaleza, durmiendo en carpa en la playa mientras este amigazo nos arreglaba el Falcon por el costo minimo.
Con este humilde "service" le dimos rosca sin parar hasta Misiones. Quedaban mas de 8.000 km pero los recorrió sin tocarle una sola tuerca.
Esta region del nordeste se caracteriza por ser una zona de monocultivo de caña de azucar, cultivo que fue implementado en la región por la conquista portuguesa debido a la rentabilidad en el comercio exterior. Pero la caña de azucar no es ni siquiera una planta originaria de America sino que fue traida desde Europa, para satisfacer la demanda en su mayoria inglesa o de su colonia Estados Unidos.
Esta producción masiva de azucar ha provocado importantes cambios en el medio ambiente del "sertao" como se le llama a esta region nordestina. Region que originariamente solia ser muy humeda, de gran vegetación, ahora es caña de azucar hasta donde da la vista, donde el calor es insoportable, y la calurosa brisa huele a agroquimicos.
Como cola del huracan ademas trajo la miseria y el hambre ya que antiguamente estas tierras daban el alimento necesario para su población sin ni siquiera trabajar la tierra. Se la recuerda por su gran variedad de alimentos que brotaban fruto del privilegiado microclima que ya no existe. Claro, no se puede reemplazar los alimentos por la caña de azucar, incluso en lugares donde se toma abundante "caldo de cana" (jugo de caña de azucar) a fin de engañar el estomago.
*Monocultivo de caña de azucar.
El contraste son las playas, que a diferencia de las azules playas del caribe, estas son de color verde esmeralda a la temperatura justa.
Fuimos eligiendo playas donde pasar la noche, y asi dimos con Praia da Pipa, Praia do Forte, reservas de tortugas, lugares paradisiacos. La idea fue evitar las grandes cuidades sumergidas en la pobreza.
Asinamiento y basura rodean el cordon de adinerados que poseen la costa. Al ver ésto como un común denominador en las gigantescas cuidades brasileras, elegimos la paz de la naturaleza en las hermosas playas que compiten kilometro a kilometro por quien es la mas bella.
*Praia do Forte. Bahia.
De Fortaleza a Natal, luego Recife, Maceió, Aracajú y despúes de un largo tiron llegamos a Salvador de Bahia, uno de los puertos mas antiguos de America, antigua capital de la colonia portuguesa donde la Iglesia tiene tanto poder politico como economico. Que tendra que ver Dios en todo esto?
*Salvador de Bahia.
Estuvimos en Salvador de Bahia apenas una tarde. Todavia estabamos lejisimo de casa y mas allá de las pintorescas callecitas de Salvador, no deja de ser una mega cuidad donde la población, ya saturó la belleza de la naturaleza.
Decidimos llenar el tanque y seguir para descansar en un lugar mas tranquilo.
*Las estaciones de servicio compiten por los clientes. Obviamente si el petroleo no seria un negocio tan bueno no abria una estación pegada a la otra ni Bush reclamaria democracias en el medio oriente.
De Salvador de Bahia nos alejamos de la costa para recorrer el largo trecho que lo separa de Rio de Janeiro. Cerca de 2000 km que al cabo de unos dias logramos completar, pero de Rio no hay fotos porque fue una visita fugaz bajo lluvia torrencial. Alcanzamos a ver el Sambodromo y caminamos unas cuadras por Copacabana. Nos corrió la lluvia. Dias mas tarde nos enteramos que la lluvia fue tanta que hubo desprendimientos y derrumbes.
El tema fue salir de Rio. Estuvimos como 2 horas sobre una autopista elevada a paso de hombre compartiendo el caos de esta gigantesca ciudad con los millones que la habitan.
Una vez en ruta recuperamos la tranquilidad y nuestro proximo destino era Sao Pablo.
Ya en rutas paulistas fuimos prestando mucha atención para no entrar a la cuidad y tomar la salida como hacia Paraguay. Si bien no nos perdimos esta vez, las autopistas estaban colapsadas y de nuevo padecimos la odisea de zafar de tal aglutinamiento de gente.
De Sao Pablo cortamos directo a la triple frontera, para entrar a nuestro pais por Misiones y visitar las Cataratas del Iguazu.
Esta fue la ultima etapa de Brasil, que pudimos completar a tiempo dado que nos sobró un dia de los 3o de permiso que nos dieron allá en Santa Elena Huairen al ingresar al pais. Recorrimos los 10.000 km en 29 dias y por fin llegó el primer cartel anunciando la frontera con nuestro pais.
*Al momento del cruce del puente, solo pensabamos en pasar la aduana Argentina sin problemas.
Ironicamente en vez de pensar que seriamos bienvenidos por nuestra gente, el miedo era que la aduana nos confisque el auto por haberlo sacado del pais por mas de un año, plazo maximo de exportación temporal.
Esto ya habia sido un problema para la admirable familia Zapp y para nuestro querido amigo Ivan Pisarenko. Ambos tuvieron problemas de retencion del vehiculo y exigencias impositivas ridiculas. Nosotros tambien podiamos quedar atrapados en la telaraña que teje la burocracia del modelo de Estado protector.
Pero ahora mas que nunca con fe de que nada iba a pasar y que podriamos cruzar sin levantar la perdiz encaramos los controles.
Y así fue. Preguntaron que de donde veniamos y les dijimos que de acá nomas, de Foz de Iguazu, solo habiamos cruzado a ver las cataratas del lado brasilero y que ya estabamos de regreso y siga, siga.
*Garganta del diablo.
*Cataratas del Iguazú.
Coronamos la entrada triunfal con la visita a las Cataratas de las que nos fuimos maravillados por la naturaleza y un poco preocupados con tantos gringos en la zona. Como habran visto hasta los carteles viales estan en ingles y como si fuera poco, el nuevo tren "ecologico" que se construyó para llevar a los gorditos que les cuesta llegar a la garganta del diablo, lo puedan hacer sin descuidar su dieta de hamburguesas y comida chatarra.
Ya en Misiones era un tranquilidad saber que el Falcon es un auto bien conocido por los mecanicos asi que buscamos donde alinearlo un sabado por la tarde en Posadas. Era algo impresindible, ya venia llorando las cubiertas del desgaste en la dirección.
Una vez alineado dimos una vueltita por la costanera de Posadas, frente a Paraguay y volvimos a la carretera ya de tardecita.
Sabiamos que no ibamos a llegar ese dia pero igual decidimos pegarle hasta donde mas podamos pero por ahí nomás se fundió uno de los bolilleros de la rueda trasera así que dormimos atras de una estacion de servicio y al dia siguiente este personaje nos dió una mano y pudimos continuar hacia Corrientes.
Con bolilleros nuevos encaramos la ultima jornada de lo que fue la vuelta a latinoamerica. Era un domingo y nos enteramos que jugaba Boca-River así que como locos flasheabamos llegar para ver el partido con los amigos, imaginabamos el reencuentro con nuestra gente y el deleite de ver el super clasico todo el mismo dia.
Pero como nada sale como uno lo imagina. El dia se empezó a poner muy caluroso, demasiado pesado. El Falcon venia trabajando a una temperatura muy elevada y decidimos para a descansar, comer algo y cambiarle el agua de radiador que venia con agua común por puro liquido refrigerante nuevito.
No tuve mejor idea que probar desenrroscar el desagote del radiador y fue ahí donde se cortó el tornillo y perdimos toda el agua.
El taller mas cercano para soldar el radiador quedaba a 20 km y ibamos a fundir el motor antes de hacer siquiera 10 km, así que los muchachos de la estación de servción nos mandaron el auxilio del peaje que nos llevó hasta Mocoretá, ya en Entre Rios pero con el radiador pinchado.
Llegamos al taller y el mecanico, que lejos de querer trabajar un domingo, me recomendó comprar masilla y hacerle un tapón de masilla que hasta el dia de hoy sella el radiador del Falcon.
Sali corriendo a un almacen que ya habia cerrado, se venia la tormenta y le pedi por favor desde la ventana que me vendiera una poxilina para seguir y con un ojo en la tormenta que se venia, sellamos el radiador y salimos rumbo a Gualeguaychú, hacia la tormenta que suspendió el super clasico en Buenos Aires.
Dejamos Mocoreta atras y enfilamos hacia el sur, pero todos los conductores se metieron en la ultima estacion de servicio a esperar que pase el temporal. Por un momento dude en seguir, la tormenta pintaba para algo sério y veniamos con el radiador recien sellado a masilla, cualquier cosa podia pasar. A veces ni el limpia parabrisas queria funcionar.
Frené un toque a ver si algún corajudo se sumaba a la carretera y vi que venia un camión. Casi nos parte al medio pero lo deje pasar y seguimos atras del camión. No se veian nada, solo nos guiabamos por sus luces.
Una vez que entramos al centro de la tormenta el cielo se despejó, alumbró el sol hasta que cayó y luego mas lluvia hasta que llegamos a Gualeguaychú pasada la media noche.
De nuevo en en casa, en los pagos entrerrianos, en la hermosa cuidad donde crecimos y donde queremos seguir creciendo. Seguiremos realizando entradas cuando haya información interesante por compartir y recuerden que pueden ver todo el archivo del viaje, desde el primer dia entrando a "entradas antiguas", y si quieren escribir pueden hacerlo a banderalatinoamericana@gmail.com
Muchas gracias a todos los que nos ayudaron, que nos escucharon, que apoyaron este emotivo desafio y no se olviden que somos los mismos de siempre y vamos hasta la victoria, Siempre!
Latinoamericano che!
Hace 10 años